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La Sevilla de Magallanes y la primera vuelta al mundo.
Con motivo del V Centenario de la primera vuelta al mundo, en Sevilla Mágica y Eterna hemos preparado esta estupenda ruta para celebrar la expedición que puso en marcha Fernando de Magallanes y que terminaría Juan Sebastián Elcano. Esta expedición de la Especiería, tal y como se le conoce, marcaría un antes y un después en la Historia. Aunque el objetivo era ir hacia las Islas Molucas, terminaría dando lugar a la gran gesta de la primera vuelta al mundo.
El navegante portugués Fernando de Magallanes deseaba llegar a las Islas Molucas, llamadas también Islas de las Especias. Se proponía hacerlo dirigiéndose siempre en dirección hacia el oeste, ya que siguiendo su postura de que efectivamente la Tierra era redonda podría llegar a ellas tras pasar el continente americano.
En un primer momento, Magallanes ofreció su proyecto al rey Manuel I de Portugal, aunque éste no tuvo ningún interés, puesto que ya controlaba la ruta tradicional que bordeaba África.

Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial (20 de septiembre de 1519 – 6 de septiembre de 1522).
Gracias a que su expedición no convenció al rey de Portugal, Magallanes llegó a Sevilla en 1517 y se puso al servicio de Carlos I de España, quien apostaría firmemente por esta gran hazaña y sufragó la expedición al ver en ella una oportunidad de comercio sin pisar el territorio que el Tratado de Tordesillas había dado a Portugal.
De este modo, la expedición zarpó desde Sevilla el 10 de agosto de 1519.
La importancia de la Casa de la Contratación y el puerto de Sevilla en la expedición de Fernando de Magallanes y la primera vuelta al mundo.
El hecho de elegir a la ciudad de Sevilla para que desde ella se preparase y partiese la expedición hacia las Islas Molucas se va a deber a varios factores muy importantes. En primer lugar, hay que tener presente que en Sevilla estaba la Casa de la Contratación de Indias, pues en 1503 los Reyes Católicos establecieron la Casa de la Contratación de Indias en la ciudad hispalense. Con ello se centralizaba en su puerto todo el tráfico marítimo castellano y aragonés con el Nuevo Mundo. En esta época el puerto se encontraba situado en el Arenal, que era una explanada que se extendía entre las murallas y la orilla izquierda del Guadalquivir, entre la Puerta de Triana y la Torre del Oro.
Por otro lado, en Sevilla se encontraban las Reales Atarazanas, mandadas construir por el rey Alfonso X el Sabio. Eran unos astilleros donde se construían barcos de un máximo de 200 toneladas.
El puerto de Sevilla llegó así a convertirse en el puerto más importante de toda Europa y Sevilla en una de las urbes más prósperas. Sin embargo, tal prosperidad no duraría para siempre. El declive del puerto empezó en el siglo XVII entre otros factores por las dificultades de navegación cada vez mayores por el canal del Guadalquivir debido al aumento de tonelaje de los barcos y a las mejoras defensivas de la ciudad de Cádiz. Así que finalmente, en 1717 se acaba trasladando la Casa de la Contratación a la ciudad gaditana.
¡¡Descubre con nosotros cómo era la Sevilla que conoció Fernando de Magallanes!!
Reviviremos los enclaves que marcaron el tiempo que Magallanes pasó en la ciudad hispalense desde el 1517 hasta el 1519 mientras se preparaba su expedición hacia las Islas Molucas.
También desvelaremos cuál fue la imagen mariana ante la que se arrodillaron los marineros por última vez antes de partir y ante la que juraron lealtad a la corona española. Descubriremos el lugar donde se hallaba esa Virgen en la época de Magallanes y dónde se encuentra en la actualidad.




Sin embargo, Fernando de Magallanes no pudo ver terminado su sueño, pues perdió la vida en Filipinas en un enfrentamiento contra los indígenas. Y fue a partir de entonces cuando el protagonismo pasó al vasco Juan Sebastián Elcano quien estaría al frente y tomaría las riendas de la expedición.
Juan Sebatián Elcano llegó a Las Islas Molucas y cargó las especias. Regreso a Sevilla en el año 1522, pero de las cinco naos que partieron solo regresó una, la Victoria. Y de los 239 navegantes que zarparon tres años antes, únicamente regresaron 18.
El cronista que tomó nota de cada detalle de la Expedición de la Especiería fue el italiano Antonio Pigafetta.

