¿Sabías que hubo una talla mariana que perteneció a Fernando III El Santo conocida como la Virgen de las Batallas y que según la leyenda le protegía en las batallas que libró contra los musulmanes?

La advocación de la Virgen de las Batallas.

La Virgen de las Batallas es una advocación mariana que representa a la virgen sentada en el trono con el niño Jesús en sus brazos en actitud de bendecir. Se alude con ello a María como sede de la Sabiduría.

Existen seis representaciones de esta virgen. Una de ellas se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York y las otras cinco en España. Una de estas cinco se encuentra en el Museo de Burgos y otra en la Catedral de Sevilla.

virgen de las batallas

La Virgen de las Batallas (Museo de Burgos).

Otra de estas tallas marianas con la advocación de La Virgen de las Batallas está realizada en marfil y se expone en el interior de la Catedral de Sevilla, que es la que nos ocupa en este artículo.

virgen de las batallas, la virgen de las Batallas, la virgen del Arzón, virgen de marfil de la catedral hispalense
Fernando III de Castilla y León, San Fernando

¡¡Conozcamos el contexto histórico donde tuvo lugar la leyenda!!

Durante varios siglos, los reyes cristianos quisieron recuperar los territorios que habían pertenecido a sus antepasados. Precisamente  porque en esos momentos habían sido arrebatados por los musulmanes. Concretamente este proceso abarcaría desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XV. Y es que fue en 1492 cuando el Reino nazarí de Granada sería finalmente conquistado por los Reyes Católicos.

Dos reyes. Una imagen mariana.

En este período histórico español, que se conoce por la historiografía tradicional como la Reconquista, se hizo una imagen devocional. Hubo un rey francés que mandó realizar en el siglo XIII una imagen mariana. La encargó para regalársela a su querido primo que también era rey. Este rey de Francia no es otro que Luis IX de Francia, conocido como San Luis. Y es que Luis IX acabaría siendo canonizado, al igual que su primo Fernando III de Castilla y León, a quien iba destinado dicho regalo. Aunque es curioso que a Luis lo canonizaron a los pocos años de morir, mientras que a Fernando III de Castilla y León no lo canonizarían hasta varios siglos después (siglo XVII).

Así, la Virgen de las Batallas de la Catedral de Sevilla perteneció a Fernando III de Castilla y León, conocido por todos como San Fernando o Fernando el Santo.

Cuenta la leyenda que esta virgen de marfil le protegía en las batallas que libró contra los musulmanes. Incluso que, gracias a la intercesión de ella, el monarca logró vencer en numerosos lances y enfrentamientos, saliendo siempre indemne.

Conquistó diversas ciudades, pero sin duda alguna su conquista más famosa y relevante fue la que consiguió en el año 1248. En este año, Fernando III conseguiría recuperar para los cristianos la ciudad de Sevilla. Y es precisamente en esta ciudad donde descansan sus restos mortales y donde cada año los sevillanos le rinden sentido homenaje.

virgen de las batallas

La talla pasaría luego a manos de su hijo Alfonso X El Sabio y éste la donaría a la Catedral hispalense. Desde entonces ha permanecido en dicho templo. Y actualmente se conserva y se expone en la Sacristía Mayor.

A veces, se le ha denominado también como la Virgen del Arzón, porque según la leyenda, Fernando III la llevaba en el arzón de la silla de montar en sus batallas.

By |6 junio 2017|

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies