En la capital neoyorquina hubo una réplica de la Giralda.
Nueva York tuvo su propia Giralda. Se trataba de la “Giralda de Manhattan”, que fue construida en 1890 por los arquitectos Charles McKim, William Rutherford Mead y Stanford White en un espacio conocido como el segundo “Madison Square Garden”. Dicho lugar fue concebido como una zona de ocio y espectáculos en Nueva York.
La torre tenía unas dimensiones que superaban incluso a la original hispalense, puesto que medía unos 200 metros. Sin embargo, en 1925 fue desgraciadamente demolida, originando tal derribo una oleada de protestas. Ello consiguió sensibilizar a la opinión pública norteamericana sobre la necesidad de conservar edificios singulares aunque su antigüedad no fuese notable, como había sido el caso.

No obstante, lo realmente llamativo era la veleta que la coronaba.
En Sevilla se decidió coronar rematando el campanario de la catedral hispalense una escultura realizada en bronce en 1568 que simbolizaba el Triunfo de la Fe Victoriosa.
También simbolizaba sencillamente el Triunfo de la Fe, nombre con el que se conoció en sus primeros momentos a la figura de bronce.
No obstante, poco tiempo después empezaría a ser denominada Giralda (literalmente, «que gira»). Y con el paso del tiempo, se pasó a denominar como Giralda al conjunto de la torre y conociéndose a la escultura como Giraldillo.


Volviendo a la ciudad de Nueva York, hay que llamar la atención sobre la veleta que eligieron.
Mientras que en Sevilla la Giralda era coronada por la escultura de la Fe, en Manhattan eligieron una figura mitológica. A pesar de inspirarse y copiar a la famosa torre sevillana, en Nueva york introdujeron una particularidad. La “Giralda de Manhattan”estaba coronada por una estatua colosal de la figura mitológica de Diana Cazadora.
Diana, en la mitología romana, era la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna. Fue originalmente una diosa de la caza, relacionada con los animales y las tierras salvajes. Sin embargo, más tarde pasó a ser una diosa de la luna, suplantando a Luna y siendo también un emblema de la castidad. Y esta fue la figura elegida para coronar la torre neoyorquina.
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